Nuestra existencia está comprometida con un conjunto de círculos
que se van abriendo y círculos que se van cerrando.
Somos parte de un movimiento contínuo que no cesa
y no podemos mantenernos estáticos aunque lo querramos.
Todo evoluciona dentro de nosotros y fuera de nosotros.
Todo evoluciona dentro de nosotros y fuera de nosotros.
El universo cambia y se transforma. Las pieles se caen y crecen otras pieles.
La flor nace y muere y nacen nuevas flores.
Este es un proceso sin fin, una ley natural y es inútil intentar evadirla.
Cada cosa pasa, se va y las etapas del pasado ya fueron vividas.
Cada cosa pasa, se va y las etapas del pasado ya fueron vividas.
Entre nuestras manos crece el presente, las horas no esperan
y hoy es otro día, otra historia. Los ciclos del ayer que
se queden en el ayer, continuemos caminando hacia adelante,
hacia los nuevos amaneceres, hacia las nuevas oportunidades.
A veces al merodear viejas esquinas y viejas memorias
A veces al merodear viejas esquinas y viejas memorias
solo logramos salpicarnos de infelicidad y de un martirio
de preguntas sin respuestas. Olvidemos lo que no se dijo,
las promesas que no se cumplieron, los proyectos
que no se realizaron. El pasado ya se fue y si nos vamos con él
pues enloqueceremos o moriremos de desencanto.
En un rió no corren aguas idénticas.
En un rió no corren aguas idénticas.
Devolvernos a lo que ya vivimos es imposible, porque ni somos
los mismos, ni los escenarios son los mismos
(ya no pertenecemos a ese contexto, a ese amor o a esa rutina)
y al pretender regresar solo hallaremos desencuentros y soledades.
Cuidemos de nuestra paz mental aceptando la realidad.
Cuidemos de nuestra paz mental aceptando la realidad.
Mirando hacia adelante, dejando atras los viejos ciclos
y enfrentando cada nuevo con valor, entusiasmo y alegría.